387-JP

JP 11 AUtONOMíAS ministrativo, asociativo… Sin esas aportaciones no podría entenderse el sector que conocemos hoy. Pero desde luego también hubo otras que prefiero no recordar. ¿Cuál es el escenario que el operador afronta actualmente en su relación con Hostelería? —Me apunto a ser ligeramente optimista. Venimos de sufrir una pandemia que estuvo a punto de llevar a la ruina a muchos locales de hostelería y a empresas operadoras. En el caso de los operadores tuvimos que afrontar un doble esfuerzo: ayudamos a los hosteleros en todo lo que pudimos para que no cerraran, y paralelamente nos vimos obligados a abonar cuotas fiscales cuando era la propia Administración la que nos prohibía ejercer la explotación comercial de las Máquinas B. Una situación absolutamente injusta que hemos recurrido. Y todo ello coincidente con una nueva ley del Juego que afortunadamente no ha tenido un efecto negativo en la Hostelería, gracias a que previamente logramos consensuar un marco jurídico equilibrado con la Administración cántabra. Y esto quiero agradecerlo públicamente. Todo ello ha deparado una inmejorable sintonía en la relación hostelero/operador, como siempre la hubo y como debiera tenerla en el futuro. ¿Las empresas operadoras de Cantabria están afrontando el relevo generacional? —Muchas empresas, incluida la mía, están acometiendo el relevo generacional. Son jóvenes bien preparados, con ilusión de hacer bien las cosas y que no tengo duda que darán continuidad a las empresas del conjunto del sector a plena profesionalidad. Ciertamente el parque B en Cantabria ha descendido en los últimos años, pero desde la pandemia los datos que recopila JP con regularidad muestran una sostenibilidad de la B en Hostelería. —Es cierto lo que comenta, pero ligar el término ‘sostenibilidad’ a la superación de la pandemia puede dar lugar a equívocos porque no hay situación causa-efecto entre ambas situaciones. Hay que recordar que entre 2013 y 2019 nuestro parque de Máquinas B sufrió una drástica reducción cifrada en más de 400 unidades, tendencia que también ocurrió después de la pandemia, pero afortunadamente como bien indicas de manera mucho más moderada. En el último trimestre de 2023 se logró frenar la caída. Ahora estamos a la espera de ver cómo evoluciona el actual ejercicio. Más bien hablaría de que recientemente y debido a distintas circunstancias (algunas ya apuntadas), el parque B se ha ‘estabilizado’. La valoración obviamente tiene que ser positiva en este sentido. La relación con el Gobierno de Cantabria también ha experimentado altas y bajas en las intensas tres décadas. ¿Es difícil hallar comprensión acerca del alcance y sentido del binomio empresa operadora-hostelería? —Salvo puntuales excepciones, sólo puedo tener palabras de agradecimiento para las personas que han ocupado cargos de responsabilidad en nuestra Administración durante las sucesivas legislaturas. Y no sólo por el trato dispensado y la buena sintonía reinante, sino por la búsqueda de soluciones. Es crucial que vean el sector sin ningún prejuicio. Pero ojo no es menos cierto que todo eso hay que ganárselo día a día con el trabajo demostrando coherencia y responsabilidad empresariales. La credibilidad ante la Administración cuesta mucho ganarla y puede perderse en un minuto. Eso sería fatal. Actualmente Mónica Escobedo ocupa la Dirección General de Seguridad y Protección Ciudadana y José Manuel Ríos la Jefatura del Servicio de Juego. Llevamos años negociando y alcanzando acuerdos que han satisfecho los intereses de todas las partes. No ha sido fácil. Un número reducido de personas y colectivos ejerció mucha presión, que sin base alguna trató de perjudicar gratuitamente al sector en su conjunto. “Durante la pandemia el operador afrontó un doble esfuerzo: ayudar en lo que pudimos a la hostelería para que no cerrara y abonar cuotas fiscales cuando la propia Administración nos prohibía ejercer la explotación comercial de las Máquinas B”

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzk3MTU=