Las empresas operadoras duplicaron justamente la cuantía recaudada por la Consejería de Hacienda en el año del confinamiento y de la pandemia de 2020, una parte de la cual se presume responde a cantidades arrastradas del ejercicio precedente en razón de aplazamientos o fraccionamientos.
Una aportación absolutamente relevante y que evidencia el compromiso de continuidad de las empresas operadoras, tanto en establecimientos de juego como en hostelería, de tal manera que las medidas fiscales adoptadas por la Comunidad de Madrid en 2020 a raíz de la situación generada por la Covid-19 permitieron dar cobertura a la difícil coyuntura que tuvieron que afrontar las sociedades.
La cantidad recaudada procedente de las cuotas fiscales satisfechas por las empresas operadoras en 2021 fue de 94’9 millones de euros, cifra sustantivamente más elevada que los 47’5 millones reportados en 2020.
Además, por el impuesto de instalación de máquinas recreativas en hostelería (exacción que ya no está vigente en 2022) la Comunidad recaudó 1’5 millones de euros frente a los 1’2 millones en el año 2020.
La máquina B en hostelería constituye una oferta de entretenimiento recreativo de baja intensidad. De ahí que la Comunidad de Madrid preserve la denominación de recreativa con premio limitado, característica que prácticamente el resto de las Comunidades Autónomas ha ido eliminando progresivamente de sus marcos normativos. Es una diferenciación respecto de aquellas B instaladas en locales de juego cuya oferta de premio es sensiblemente superior. Que el grupo parlamentario socialista también pretenda incluir en el debate de la ley ómnibus que modifica la actual ley del Juego de la Comunidad de Madrid prebendas a SELAE y ONCE para que sus juegos puedan acceder a la hostelería pone precisamente contra las cuerdas este capital recaudatorio que generan las empresas operadoras madrileñas y que revierte directamente en la Comunidad.