Pese a la creencia de “un descontrolado crecimiento de la demanda”, en la actualidad incluso se juega menos que en 2009 (6%).
A finales del 2019, el sector del juego privado aún no se había recuperado de la última crisis económica, donde sufrió una caída cercana al 30%.
El juego real en España se situó hasta finales de octubre de 2020 un 50% por debajo de los niveles de 2019, y actualmente se juega incluso menos que en 2009 (un 6%), pero existe la creencia errónea de que se ha producido un descontrolado crecimiento de la demanda.
Desde 2014, se ha producido una reestructuración de la oferta, con la entrada de nuevos productos, como apuestas deportivas o juego online, que han crecido dos dígitos en detrimento de la oferta tradicional. El juego que más crecimiento ha experimentado en este período son los Rascas de la ONCE.
La presencia de la oferta del juego online en medios como la televisión y la radio, contribuyó a elevar la creencia de que se había producido un crecimiento desmesurado, una percepción muy alejada de la realidad. Esto, sumado a la intencionalidad por parte de algunos sectores políticos y mediáticos en crear alarma social en torno al juego, ayudó a aumentar esta falsa percepción.
Las cantidades jugadas en el juego privado, como cualquier actividad del sector del ocio, descienden durante las crisis y aumentan en épocas de mayor prosperidad económica, siguiendo el mismo ciclo que la economía del país. Esto refleja que la inmensa mayoría de los jugadores no perciben el juego privado como una alternativa para superar los problemas económicos, sino como una actividad mediante la que disfrutar del tiempo libre y socializar. Esta percepción ante las posibilidades de jugar no es la misma en el caso de algunas modalidades de juego de Loterías y Apuestas del Estado, a menudo percibidas como una posible solución a los problemas económicos.