La National Collegiate Athletic Association, muy sensible a que estudiantes universitarios que juegan en sus ligas caigan en la tentación de apostar, renueva las directrices a seguir en este ámbito.
La prohibición prevalece, pero además acreditar que han colaborado en proporcionar información para la emisión de apuestas supondrá la pérdida permanente de acceso a carrera universitaria.
La NCAA aprovecha la experiencia atesorada con la progresiva legalización de la apuesta deportiva, que ya es una realidad legal en 38 Estados, además de Puerto Rico y el Distrito de Columbia.