El pasado verano el Tribunal de Apelación avanzó que la recurrente carecía de legitimación legal para reclamar daños y perjuicios a la Gambling Commission y esta semana IGT ha confirmado la desestimación definitiva de la apelación.
No es la primera empresa que se postuló para la concesión de la National Lottery. Anteriormente lo hizo también la todavía adjudicataria hasta el 1 de febrero, Camelot Group.
Allwyn ganó muchos enteros ante la comisión de valoración de la Gambling Commission cuando aseguró un incremento sustantivo de recursos para causas benéficas, además de garantizar la protección de los participantes y de los vulnerables.
La retirada judicial de IGT aparentemente pone punto y final al proceso de judicialización que entrañó el concurso para elegir al concesionario en el que ha sido cuarto proceso de adjudicación desde el comienzo de la National Lottery en 1994.