El estudio de la consultora rebaja el optimismo de la American Gaming Association que celebró el altísimo número de apuestas emitidas a través de marcas autorizadas en Estados Unidos.
El análisis de Yield Sec fue encargado por la entidad ‘Campaña por un Juego de Azar Fiable’, cuyo objetivo era medir la cuota total de juego de operadores legales e ilegales.
Fueron 350 millones de apuestas las colocadas en la Super Bowl, lo que arrojó una dialéctica de 122 millones de apuestas legales frente a 228 de ilegales. El dinero apostado estimado fue de 5.600 millones de dólares, de las cuales 1.600 millones lo fueron legalmente y algo más de 4.000 millones de dólares en apuestas ilegales.
La entidad coincide con en el diagnóstico que “el juego ilegal no sólo es una amenaza a la integridad del deporte y de la industria del Juego, sino que penaliza el ingreso potencial de ingresos, contribuciones fiscales y protección del consumidor”.