El ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 expone en una entrevista en El Relevo el desprecio desde el criterio más sectario a una actividad económica y empresarial que presta un servicio a la sociedad
El discurso no se mueve un ápice, pero los calificativos aceleran en la reputación de las empresas incuso más si cabe que su predecesor, Alberto Garzón.
En una entrevista concedida al digital ‘El Relevo’, Bustinduy responde una pregunta que ya le abre la puerta a explayarse cuando le interrogan por “las casas de apuestas en los barrios más golpeados y el riesgo para los jóvenes”. Por cierto, alude sólo a los establecimientos físicos. Y la respuesta del ministro es que “las casas de apuestas tienen efectos nocivos, especialmente en la juventud trabajadora y en la de los barrios más humildes. Muchas de las licencias hasta que no expiren, seguirán ahí” (…) “Es importantísimo seguir machacando con la labor de concienciación social explicando que éste es un inmenso negocio extraordinariamente lucrativo que se aprovecha de las condiciones de vulnerabilidad, especialmente de personas jóvenes en los barrios más desfavorecidos de nuestras ciudades, vendiendo la falsa idea de que es posible la acumulación de riqueza instantánea. Estos negocios funcionan en gran medida como una manera de expoliar a la clase trabajadora y a largo plazo causan enormes problemas de adicciones, de comportamientos patológicos, de problemas económicos y sociales y, por tanto, hay que seguir avanzando hasta que consigamos erradicar este modelo depredador”.
Por cierto, seguimos sin saber la opinión de la ‘riqueza instantánea’ de los ‘rascas’ y de los juegos de la ONCE en general, pero también de la ilusión de los juegos de SELAE. Y anhelamos una explicación a la ciudadanía sobre el viaje de fin de semana sin acto oficial supuestamente a costa del erario, según adelantaba ayer The Objective.