Una información exclusiva publicada por 'Australian Financial Review' resalta el posicionamiento positivo de Blackstone, pese a que las ganancias anuales del operador de casino estuvieron por debajo de las expectativas
Según el rotativo australiano, Blackstone está pagando 544 millones de dólares anuales por intereses del préstamo que garantizó la compra, lo que significa más de 22 veces el EBITDA de Crown Resorts, tomando el análisis efectuado por la consultora Jefferies. Un préstamo que se basó en proyecciones de beneficios de Crown y en el valor de los activos de la compañía australiana en el instante de realizar la transacción a James Packer.
Los esfuerzos de Blackstone se encaminaron desde entonces en paliar la deuda para lo que vendió todos los activos no esenciales considerando dos factores fundamentales: un descenso de visitas a sus tres casinos y el aumento de los costos operativos. De ahí que vendiera el 20% del capital en la cadena de restaurantes japoneses Nobu y en Aspinall Club.
Además, Blackstone tuvo que inyectar otros 500 millones de dólares australianos en 2023 como consecuencia de la sanción impuesta por el Tribunal Federal al detectar brechas en la implementación de sus políticas contra el blanqueo de capitales y financiación del terrorismo.
Frente a la preocupación de inversores por los resultados de la compañía, en Blackstone oponen que la ejecución financiera de Crown sigue mejorando y que cumple todas las obligaciones crediticias convenientemente, según una portavoz del fondo inversor al medio australiano.
Crown Resorts reportó una facturación bruta de 3.000 millones de euros en el año fiscal que concluyó el 30 de junio de 2024, pero reflejando unas pérdidas en torno a 170 millones de euros que, no obstante, suponen una mejora del 17'4%.
Perth, Melbourne y Sydney son las ciudades que disponen de un casino de juego con el sello Crown Resorts, además de una gran infraestructura de alojamientos hoteleros. El de Melbourne es el mayor complejo de Casino y uno de los mayores en el mundo.