FIJMA 2022 escenifica la potencia de una industria basada en el desarrollo de la tecnología y con una férrea voluntad de seguir hacia adelante.
Era un momento largamente esperado. Fue en marzo de 2019 cuando tuvo lugar la anterior edición y desde entonces un período de incertezas en razón de la Covid19 y sus derivadas en cuanto a aforos, horarios y aperturas de establecimientos, las sombras de una incomprensión gubernamental empeñada en identificar al sector del juego de entretenimiento privado, y muy especialmente al presencial, con una suerte de estereotipos absolutamente alienos a la realidad y, desde luego, la colocación en el foco de la gestión política.
El elemento tecnológico y la evolución del estado de la técnica es consustancial con la industria en si mismo. La industria dispensa una oferta de ocio y de entretenimiento sujeta a la aceptación comercial del usuario. Si ésta no se produce, carece de sentido buscar un umbral de expectativa de negocio. Es la realidad que afrontan las empresas privadas: si el producto no cuaja comercialmente, no hay posibilidad de recorrido.
Además del reencuentro presencial, FIJMA 2022 acredita esa esperanza sostenida en la componente tecnológica y las pruebas de esa inclinación quedan muy definidas en cada uno de los stands del evento que comenzó ayer y concluirá mañana jueves en el Pabellón 7 de Ifema.
La asistencia en la jornada del martes puede considerarse discreta porque seguramente la mayor asistencia prevé concentrarse en la jornada de hoy miércoles.