El binomio Hostelería-Máquina B sigue siendo una realidad sólida, aunque la nueva hostelería surgida tras la ‘crisis Covid’ mantiene interrogantes por despejar que a lo largo de la matinal en el Ateneo de Madrid demuestran su perdurabilidad en el tiempo
La edición número 6 del Open Forum, que fue patrocinada por UNIDESA, R.Franco, Infinity Zuum, Grupo DC, NOVOMATIC Spain e IPS, volvió a poner el foco en la actividad de la Máquina B en Hostelería, aunque en algunos momentos de la primera mesa pareciera que el sector hostelero hubiera solapado el protagonismo.
El presidente de FEMARA, Manuel Fernández, dejó claro en sus conclusiones el diagnóstico. “Tenemos empresas consolidadas, y socios serios y seguros. El problema reputacional es aprender a convivir con él, pero dirigiéndonos a la sociedad impulsando mayor comunicación y mostrar el alto grado de emprendimiento y lo que hay detrás de la Máquina B”.
El posibilismo bienintencionado choca con vectores opuestos muy potentes. Para empezar, la imposibilidad de que el sector como tal pueda proyectar su imagen más allá de la prensa especializada, aunque ojo no es un canal baladí en ese objetivo último, pues la publicidad está completamente vetada en el plano autonómico, mientras poderosos competidores (en muchos casos en el mismo local donde está la B instalada) como SELAE y ONCE tienen a su alcance millonarias opciones de darse a conocer, incluso como proveedores lúdicos de referencia.
Los partidos políticos (no los reguladores) siguen observando a la B en Hostelería a distancia porque en sus dialécticas acerca del Juego en España las pautas se mueven en el triángulo ONCE, SELAE y Ludopatía. Incluso los hay (y la experiencia es larga y acreditada) que no precisan acudir a dato alguno porque el relato está prefabricado. La reciente PNL del PSOE es un ejemplo paradigmático y plenamente contemporáneo que pondrá a prueba la capacidad de los políticos y reguladores autonómicos de evaluar y analizar con rigor y seriedad, y no desde la demagogia, si compran un relato trufado de prejuicios, pero sobre todo de absoluto desconocimiento sobre qué producto recreativo con premio limitado realmente está instalado en el interior de los bares españoles y con un rival que no se anda con chiquitas en sus objetivos como es JuegosONCE, por mucho que ayer Daniel García Marín (Marinocio) en una bienintencionada referencia se expresara escéptico acerca de su rivalidad comercial. Será una excelente oportunidad para que Ramón Cubián (Comunidad de Madrid) pueda transmitir justo lo que dijo en la matinal de FEMARA. “No nos veáis como el problema y sí como garantes de vuestra seguridad jurídica”
El directivo de Marinocio, exponente de tercera generación de relevo en la empresa operadora, reivindicó la prioridad del dato y desde esa línea potenciar las externalidades positivas que el binomio Hostelería/Máquina B no sólo acredita, sino que es capaz de defender en el debate público más allá de prejuicios.
Ayer fabricantes (representados por ASESFAM) y operadores desde la tribuna pusieron de manifiesto que la máquina B en Hostelería desde la pandemia en adelante nada tiene que ver con la que conocíamos anteriormente.
Apuesten por revertir ese problema reputacional con un discurso ambicioso que se anticipe a la mezcolanza de una semántica normativa que está embarrando en los últimos años la condición recreativa de la B en Hostelería en favor de la componente de juego, primer paso para su posterior confusión con términos como slots o azar. Y sobre todo, ayer casi no se reparó en ello, rechazando de plano que los menores de edad estén jugando en la máquina B en Hostelería, algo que los datos objetivos cuestionan y de lo que los Servicios de Inspección y la Policía son plenamente conocedores.
La B en Hostelería es un bien vulnerable, pero en muchas comunidades autónomas estamos viendo un crecimiento sostenible en los años posteriores a la pandemia. Hay partido….!