El ejercicio fiscal analizado, que concluyó el 30 de septiembre de 2020, incluye cinco meses afectados por el confinamiento absoluto que provocó la pandemia.
La National Indian Gaming Association (NIGA) comunicó recientemente las referencias del año fiscal 2019/20 que comenzó el 1 de octubre de 2019. El GGR, ingresos brutos menos los premios repartidos, alcanzó la cifra de 20.000 millones de dólares, que viene a ser el mismo registro consolidado en el ejercicio fiscal completado el 30 de septiembre de 2012.
Los datos reflejados en este balance recogen la actividad de 248 tribus distribuidas en 29 jurisdicciones de Estados Unidos. Alrededor del 64% de los establecimientos de juego de 8 regiones no alcanzaron los 24 millones de dólares de GGR. Sólo el 4% de las operaciones de juego reportadas superaron los 250 millones de dólares de GGR.
Fueron los casinos localizados en California y norte de Nevada los que registraron las menores caídas en GGR, mientras que Dakota del Sur, Wyoming, Montana y Dakota del Norte se vieron mucho más afectados por el descenso en su indicador de ingresos.
Tomando la referencia del año anterior, el descenso en el GGR se aproxima a los 5.000 millones de dólares, lo que significa el primer indicador a la baja desde 2000. Es un valor relevante porque fue precisamente en el ejercicio finalizado el 30 de septiembre de 2019 cuando se llegó al record de ingresos por GGR con más de 31.000 millones de dólares.
NIGA reconoce que efectivamente el impacto en la economía de los casinos de la Covid19 ha sido muy importante, pero también puso el énfasis en que las tribus han aprovechado este período para acometer inversiones que les permitan afrontar desde la sostenibilidad los retos que tienen planteados en los siguientes ejercicios.
En el actual mes de agosto todavía un 5% de los casinos operados por las tribus indias permanecían cerrados a consecuencia de las medidas administrativas restrictivas impuestas a raíz de la pandemia.
La operación de casinos a cargo de las tribus indias les faculta de una serie de ventajas fiscales en sus respectivos Estados que las diferencian de los operadores de casino comerciales. Los ingresos obtenidos contribuyen directamente en proyectos sanitarios, educativos y sociales de los miembros de las tribus y de la región.