El Parlamento galo aprobó esta norma el 5 de diciembre abriendo una nueva fuente de financiación para esta industria en localidades francesas con arraigada tradición en el sector equino.
El impacto de esta norma pretende repercutir positivamente no sólo en la industria del caballo, sino también en una mayor atracción turística de tales localidades. De hecho, la tramitación parlamentaria se apoyó en el criterio de 'salvar a la región' y 'escribir la historia', dos frases que trascienden mucho contenido en sí mismas.
Según el digital Connexion France, son dos las ciudades que aparentemente podrán beneficiarse de esta iniciativa: Arnac-Pompadour en el Departamento de Corrèze cerca de Limoges, que anualmente acoge eventos hípicos, y Saumur en la región del Maine y Loire, que es sede de la Escuela Nacional de Equitación.