La petición de la CUP, que también incluía la anulación del Plan de Reordenación Urbanística y el Plan Director, obtuvo el apoyo del grupo parlamentario de los Comuns.
La iniciativa en el Parlament catalán de la CUP instaba igualmente a no hacer efectiva la compra por el Institut Català del Sòl o cualquier otro ente del sector público catalán por un montante de 120 millones de euros de los terrenos donde se tiene que ubicar el recinto de casinos de Hard Rock.
Todas las formaciones, salvo Comuns, rechazaron la iniciativa de la CUP. ERC defendió el proyecto de Vilaseca y Salou. "Nuestro apoyo vendrá determinado al consenso territorial y al acuerdo con los agentes sociales", señaló Carles Castillo.
El PSC acusó a la CUP de estar en contra del desarrollo económico del Camp de Tarragona "porque siempre se oponen a cuantas propuestas de desarrollo son impulsadas en la zona", dijo Rosa María Ibarra.
Junts criticó a la CUP la acusación de que "es una solución para dar uso a unos terrenos de Caixabank, sino para dinamizar el territorio", explicó Joan Canadell.
C's a través de Joan García reprochó a la CUP no presentar un proyecto alternativo y oponerse siempre a todo crecimiento económico.
En Vox Andrés Belló subordinó el apoyo al proyecto "a la transparencia, trazabilidad y fiscalización del dinero público".
El PP rechazó las referencias de la CUP a mezclar el proyecto con la ludopatía. "Si fuera por la CUP, Port Aventura no existiría".