"Debemos tener claro que el juego debe ser una actividad de entretenimiento, no una vía de escape para los problemas personales, ni una opción para ganar dinero fácilmente. Cuando se pierde esta perspectiva, el riesgo de adicción aumenta", señala su presidente Francesc Perendreu
En este diagnóstico Perendreu también destaca la importancia del autocontrol y la responsabilidad personal. "Es fundamental establecer límites claros antes de jugar, tanto en cuanto al tiempo como al dinero, y ser capaces de respetarlos. Si no somos capaces de parar a tiempo, tenemos un problema".
El entorno más cercano es otro aspecto clave. "El apoyo debe basarse en el diálogo y no en el juicio porque la culpa agrava la situación", señala.
ACENCAS impulsa el Observatorio de Prevención Activa para entender cómo evolucionan estos problemas y qué factores los potencian. "Permite recopilar datos, estudiar patrones de conducta y proponer estrategias efectivas para evitar que el juego se convierta en una adicción".