La representante laboral reivindica la condición legal de la actividad en la que trabajan, “la formación que acreditamos porque somos los encargados de implementar las regulaciones y recibir las inspecciones que en algunas ocasiones han sido reiteradas y muy intensas”.
Vehemente y vertebrada intervención de Zarapuz en la mesa redonda ‘El día a día de la actividad de los salones’, durante la cual se refirió en numerosas ocasiones a la competitividad que afrontan los Salones de Juego desde el punto de vista comercial y la exigencia de los trabajadores. “La empresa pone los medios, pero somos nosotros quienes tenemos que ponerlos en práctica”, recalcó.
Tener el local preparado para atender a los clientes en perfecto estado; responsabilidad del control de acceso, responsabilidad de la disponibilidad y conocimiento de la documentación a presentar en las inspecciones, atención al cliente y juego responsable, formación en seguridad y respuesta antes situaciones de peligro, responsabilidad del manejo de efectivo, prevención de riesgos y cuadres de caja, y conocimiento del funcionamiento de los juegos son apenas una parte de la relación de actividades a afrontar por los trabajadores.
Respecto a la presión social y mediática que se ejerce sobre el sector, Zarapuz ha lamentado que “se han producido escraches en la puerta y el interior de los locales, pintadas, pegamento en las cerraduras, además de demonizar en los medios de comunicación la actividad”. “Esto hace que en muchos casos compañeros sientan vergüenza de decir dónde trabajan, como si hicieran algo malo, y también produce un efecto de rechazo a la hora de encontrar compañeros que cubran nuevos puestos de trabajo”, ha afirmado añadiendo que “es un sentimiento muy desagradable, ya que a todo el mundo le gusta que le reconozcan su trabajo y estar contento con lo que haces, pero en este caso no es así; no entendemos que tiene de diferente ser un vendedor de juegos de loterías o de la Once, para que haya esa diferente percepción”.