Cristina García (Zitro) explicó el rol proactivo demostrado por la industria para afrontar la terrible campaña que tuvieron que afrontar los diferentes sectores del juego de entretenimiento presencial privado, mientras Karen Sierra Hughes expone las distintas áreas en las cuales GLI afronta la confluencia del Juego Presencial y el Online
El conjunto del sector vivió un ataque en toda regla contra la honorabilidad porque como bien recordó Cristina García “las apelaciones de esa campaña se centraron básicamente en el sentimiento”. La iniciativa empresarial se forjó desde la consulta a expertos clínicos psiquiátricos y psicólogos. “Porque nuestra alarma antes de la pandemia ya se centraba principalmente en la cuestión de las pantallas”.
Aquel ataque contra la industria se manifestó de muy diversas formas, pero la legislativa y normativa adquirió gran relevancia porque las medidas adoptadas (particularmente en Comunidad Valenciana) eran inquisitoriales porque negaban su propia existencia.
Proyecto FES opone al sesgo ideológico respuestas diseñadas que toman la referencia de la personalidad que encierra el adolescente. “La síntesis ha sido siempre educar. Que la elección del menor (a quien se dirige fundamentalmente esta acción a través de AMPAs y centros académicos) lo sea por convencimiento y no por obediencia en una iniciativa que soporta la industria del Juego Privado en su totalidad”.
Para Cristina García lo más relevante es disponer de un discurso propio “que nos ha permitido superar ese tipo de acción y que no se circunscribe al denominado ‘Día del Juego Responsable’. Es una iniciativa que va más allá a la que están sumando entidades universitarias como la Complutense, que alcanza a adultos con discapacidad, y la Francisco de Vitoria”.
Para GLI la sostenibilidad del juego es clave e irradia todas las acciones emprendidas en este campo. “Dependemos de la tecnología, atendemos la modernización del acceso al contenido de juegos y defendemos también los intereses del regulador en el cumplimiento de las respectivas normas”, señala Sierra-Hughes.
La identificación del jugador es una de las principales variables a afrontar por la entidad certificadora y de homologación. En el caso del online la validación del nivel de riesgo de las cuentas de email y la protección siempre del jugador y de los vulnerables. Una segunda gran variable es el ‘juego responsable’. “Llevar a una sola plataforma herramientas tecnológicas y de juego responsable, velar contra el blanqueo de capitales, software de análisis de patrones de juego y de matemáticas, identificación de horarios de sesión…”
Un valor muy importante es la integridad del deporte. “Es de gran relevancia y cuenta con la satisfacción del éxito de uso de la inteligencia artificial a partir de las cuales parten alarmas sobre los análisis de datos de La Liga.
En esencia, una labor que GLI Gaming, ahora también en otros ámbitos de la economía, vertebra vía estándares para la industria, también en la confluencia del presencial y el online.