El presidente de la Federación ANMARE reconoce en el impacto de la pandemia y la dificultad de hallar personal dos enormes dificultades que pueden atenuarse con el rol a jugar por la máquina B ,“que es un beneficio a coste cero para el hostelero”
Rosas insistió en la componente “meramente recreativa de la B en Hostelería. Ofrece un premio pequeño con un máximo de 500 euros. Y en el caso de Andalucía con la denominada B light, cuya cuota fiscal y premio son más reducidos. La presencialidad y la inmediatez del premio son los puntos fuertes del producto B en la Hostelería”.
El presidente de la Federación ANMARE cuestionó que sean pocos los que juegan a las máquinas B en Hostelería cuando en los estudios que se realizan se habla de un 7%. “Ojo porque ese porcentaje significan 2’1 millones de adultos en España. Un partido Barcelona-Madrid lo ven 2 millones de personas”.
El factor ‘prejuicio’, al que Rosas añade el ‘prejuicio infundado’, “significa no conocer lo que la máquina B en Hostelería aporta, pero sobre todo un desconocimiento de que está vendiendo ocio a coste muy reducido porque realmente el juego en la misma es para pasar el rato con un porcentaje a premios que supera el de otros productos de la oferta pública”.
A juicio de Enrique Rosas, “los prejuicios se combaten con información rigurosa acompañada de la educación y la divulgación. Pero además la Administración tiene que remar en la misma dirección que las empresas. La Administración autonómica tiene que ser consciente y sensible a nuestras peticiones”.