Las ventas del bingo en las salas canarias apenas superaron los 18'89 millones de facturación en el período enero/marzo, unos valores marcadamente inferiores al último cuarto de 2020.
Una vez más, las fuertes restricciones de aforo y horarios, pero sobre todo los cierres que también sacudieron la actividad de las salas hipotecaron el desarrollo ordinario de los establecimientos. De hecho, en la provincia de Las Palmas sólo en el mes de enero pudieron celerar partidas 13 establecimientos, a diferencia de Tenerife donde 8 locales, pese al irregular desarrollo de la actividad, pudieron completar un período la actividad.
La facturación bruta de todas las salas apenas llegó a los 18'89 millones de euros, lo que supone un descenso del -37'96% respecto del último trimestre de 2020. Un claro indicador de la repercusión de la coyuntura pandémica que sigue manteniendo a personal de los establecimientos acogidos a ERTEs.