A sólo doce días de concluir el año, aumenta el temor al aparente final de una fórmula que ha resultado capital en la preservación de los activos de la empresa, y que conjuga con la desaparición de la tasa fiscal del juego diaria implantada en Bizkaia y Araba, y la bonificación anual aplicada en Gipuzkoa.
La habitual relevancia que la fecha del 31 de diciembre genera en los operadores al poner fin al trimestre o semestre fiscal, según la comunidad de la que se trate, plantea en el caso de Euskadi un elemento adicional en este 2021: despejar la duda sobre si el Gobierno Vasco mantendrá la suspensión de permisos B y C.
La disposición que habilitó la suspensión lo hizo en los dos casos sucedidos en 2021 con efectos retroactivos y a esta circunstancia se agarran las empresas operadoras en el caso que el pertinente decreto del Gobierno Vasco no llegue antes del 31 de diciembre. Sin embargo, hay un elemento diferencial que complica la planificación de la empresa operadora: la indefinición sobre cuál será el criterio tributario de las Haciendas vizcaína y alavesa, que adoptaron el prorrateo de la tasa de juego por días naturales desde el 1 de enero de 2021, y si la Diputación Foral guipuzcoana mantendrá en 2022 la bonificación del 75% anual en las cuotas y recargos que repercutieron en las máquinas B y C en esta demarcación.
Fue en el decreto 108/2021, de 16 de marzo, cuando el Ejecutivo vasco adoptó la suspensión de los permisos B y C que decidiera la empresa operadora, inicialmente hasta el 30 de junio y con posterioridad a esa fecha hasta el 31 de diciembre (Resolución de 14 de septiembre).
En el caso concreto de Bizkaia y Araba ambas Haciendas Forales han comprobado el enorme grado de cumplimiento en las autoliquidaciones de las cuotas fiscales, tomando en consideración la extraordinaria complejidad que supone tramitar las autoliquidaciones de la tasa de juego de manera diaria, según la decisión que se adoptara sobre una determinada máquina B. Pero más allá de esta circunstancia, ha evidenciado el grado de profesionalidad y la posibilidad real y objetiva de que esta fórmula pueda ser extensiva a futuro.
La pelota está en el alero del Gobierno Vasco en primera instancia, a sabiendas que la situación difícil que afrontan las empresas operadoras en el mes de diciembre poco puede variar de la que vivan en los meses de enero o febrero próximos.
Paralelamente la exigencia imperativa del 'certificado Covid' para acceder a establecimientos como Salones, Bingos y Casinos ya estaría pasando factura en las recaudaciones de estos establecimientos a las pocas horas de introducirse la medida; esta circunstancia se añade al encarecimiento del coste de la luz, que es un suministro de enorme relevancia en establecimientos de juego.