La 'normalización' postpandémica situó en 4.795 las 'bajas temporales' del parque contingentado catalán, un guarismo muy cercano a los registros de los años 2019, 2018 y 2017.
El parque contingentado B no exime que alguna de las máquinas pueda permanecer instalada en salones o bingos, pero prácticamente la totalidad se identifica con máquinas destinadas a los establecimientos de hostelería en general.
A 31 de diciembre de 2022 el número de 'bajas temporales' de máquinas B del parque contingentado se situó en 4.795, lo que significa 426 unidades menos que en la misma fecha de 2021 y 539 por debajo de las 5.334 alcanzadas en esa fecha de 2020 que significaron su número más alto.
Antes de la crisis causada por la Covid19 la cifra de máquinas B en 'baja temporal' se movía en unos valores muy regulares. Al término de 2019 fueron 4.651; 2018 concluyó con 4.673, y 2017 lo hizo con 4.692. La opción de la 'baja temporal' se erigió en una herramienta muy válida en la defensa del fondo de comercio de la empresa operadora. A lo largo de 2022 la lenta, pero progresiva 'normalización', deparó un retorno a la cifra de pre-pandemia, bien por la vía de la instalación, bien por la 'baja definitiva'.
Otro tanto ha ocurrido con las máquinas B del parque contingentado en régimen de 'almacén'. Las 740 unidades contabilizadas al término de 2022 suponen un descenso muy relevante no ya sólo respecto de 2021 y 2020 cuando se contabilizaban 841 y 1.042 unidades, respectivamente, sino incluso con los años previos porque no guarda parangón. Así, por ejemplo, en 2016 las máquinas B contingentadas en 'almacén' llegaron a las 1.036 unidades.
El descenso en el número de 'bajas temporales' tiene repercusión en el parque de máquinas 'B light', cuyas 448 unidades al concluir 2022 también suponen regresar a indicadores propios de pre-pandemia. Por ejemplo, en 2019 esa cantidad era de 436 unidades, mientras que en el bienio 2020/21 sus valores al término de cada uno de los dos años reportó unos valores superiores: 491 y 512, respectivamente.