Las bonificaciones aplicadas por la Hacienda Foral de Gipuzkoa sobre las Máquinas B y C, sumadas a la posibilidad de mantener la baja decretada por el Gobierno Vasco para paliar las consecuencias del confinamiento y los posteriores cierres y restricciones, decisivas en amortiguar el enorme impacto de la pandemia entre las empresas operadoras.
La recaudación absoluta del erario foral guipuzcoano en 2022 fue de 8'98 millones de euros, cifra claramente inferior a los 10'24 millones de euros acreditados en 2019 (pre-pandemia). Representa una mejoría respecto de los 5'01 millones en el terrible 2020 y de los 6'66 millones de euros en 2021.
A lo largo de la pasada década el ingreso fiscal de la Diputación Foral de Gipuzkoa procedente de las Máquinas B y C se movió en torno a los 9'50 millones de euros de media y fue precisamente en 2019 cuando alcanzó su guarismo mayor con 10'24 millones de euros.
En 2020 la Hacienda Foral aplicó una bonificación del 15% en la cuota del devengo de la tasa de juego en el primer trimestre; en abril/junio instauró la cuota cero, y; en el cuarto estipuló una bonificación del 70% en la cuota. En 2021 el cálculo de la tasa de juego quedó determinado según los días en que el permiso estuvo de alta, y bonificando el 100% si el permiso había permanecido de baja por cierre.
La incidencia en el parque B absoluto en este cuatrienio de tiempo reveló un registro a la baja al pasar de un total de 3.055 a 3.015 unidades, aunque la evolución fue desigual. Las más damnificadas fueron las BH que habían concluido 2019 con 2.224 unidades y finalizaron 2022 con 2.160, es decir, -64. En cambio, tanto las BS como las BG han atravesado este período con una inclinación al alza; en el caso de las BS con 17 unidades más (819 unidades en 2019 versus 836 en 2022), mientras las BG con un saldo positivo de 7 máquinas más (12 unidades en 2019 frente a 19 en 2022).
Las máquinas C instaladas en el Casino de San Sebastián también han observado un descenso de 29 unidades (57 unidades en 2019 versus 28 en 2022).