Una oleada de información sobre el Sorteo de Navidad de mañana 22 de diciembre en prensa, radio, televisión, redes sociales y otros canales huelga referencia alguna sobre las derivadas de la práctica de juego.
La incitación a la compra de décimos o participaciones en el Sorteo de Navidad, pero también en el del Niño, son una constante en las semanas previas. Quien deje de comprar puede cometer el mayor error, parecen conminar todos estos mensajes en la opinión pública.
Las cifras de venta volverán a reportar cifras estratosféricas, informaciones recuerdan que los premios inferiores a 2.000 euros podrán comprarse en la misma tarde del día del sorteo, porcentajes de venta y de premios analizados con estadísticas sobre la situación en cada una de las Comunidades Autónomas.
No comprar parece entrañar una pena porque la presión del Sorteo supera todos los escenarios... Pero, ¿qué ocurre acerca de las externalidades negativas? El mensaje que se remite a la sociedad es que el juego público no entra en esta tesitura. Sin embargo, es el contexto social y político que deliberadamente afrontamos.