Apuestas deportivas, salones de juego, casinos y bingos requieren desde el pasado domingo la mayoría de 21 años para acceder a sus establecimientos, circunstancia que ya adelantamos el pasado febrero cuando fue aprobada la decisión
La nueva exigencia de edad es un hecho, pero los temores acerca de una eventual proliferación del juego ilegal son crecientes. Y no sólo por la edad, sino por las cortapisas implantadas, tales como prohibición casi total de la publicidad, además de prohibición de bonos, límites semanales de depósitos (200 euros) y apuestas gratis en el caso del juego online han alimentado todo tipo de especulaciones sobre qué impacto podría tener en el consumidor final.
Bélgica se convierte en una nueva jurisdicción a la que seguir con atención su evolución.