Gran asistencia de profesionales en un evento que busca revalidar en su traslado a la capital catalana toda la potencialidad y pujanza de la industria en su expresión global.
Gran asistencia en la primera jornada y muy buena en la segunda en una de las ediciones de ICE más concurrida no sólo por los datos de visitantes, sino también por la percepción a pie de ExCel con una asistencia notablemente superior a la edición de 2023, que entonces seguramente todavía estaba muy influida por los efectos Covid.
Producto presencial y online se dan la mano en ICE desde hace casi dos décadas, y en la actual la multiplicación de stands con presencia de marcas de medios de pago ha sido enorme. De hecho, un cuadrante de del pabellón norte estuvo copado por este tipo de proveedor, que definitivamente aprecia una oportunidad enorme ante la inclinación regulatoria a prescindir progresivamente de las tarjetas de crédito. Y no sólo de proveedores con la criptomoneda como estimulante propuesta.
Ser el reflejo de la industria global es el gran reto que la organización pelea por reproducir a partir de 2025 en Barcelona. Y con unas fechas programadas del mes de enero que prácticamente nadie en la industria entiende: una feria de lunes a miércoles, que rompe el criterio de martes a jueves que históricamente ha guiado todo evento sectorial en la capital británica desde que ICE tomara el testigo de Amusement Trade Exhibiution (ATEI), primero en Olympia y luego en Earl’s Court.