#CongresoANESAR | Mensajes directos y claros en la aportación del expresidente de Ciudadanos que anima al sector sobre la oportunidad de comunicar desde una estrategia ambiciosa, influir sin complejos en la capacidad de participar en los procesos normativos, apostar por el orgullo de pertenencia del empleado, y apoyar la unidad de mercado y la unidad de acción.
La dialéctica de Albert Rivera sigue destacando por la componente liberal de sus propuestas. Introducido por la directora de Relaciones institucionales de Merkur Dosniha, Yolanda Barqueros, rápidamente Rivera puso sobre la mesa la frase atribuída a Bernard Saw acerca de la libertad y la responsabilidad que titula esta información. “No es una frase baladí porque su aplicación práctica trasciende todo lo que una empresa tiene que afrontar a diario. La realidad de la pequeña empresa es la realidad de la sociedad española porque las pymes constituyen el 98’7% del tejido empresarial”.
Rivera expone su aprendizaje vital y académico en un entorno familiar que le insufló libertad y responsabilidad, a diferencia de lo que actualmente prevalece. “El paternalismo, cuando no una moral colectiva peligrosa sobre lo que tiene que legislar el Gobierno, según le guste al político o no. La libertad de empresa es fundamental para un país. Y es muy importante que quienes dedican a la política sepan que cuando se toca un botón se está cambiando la vida de mucha gente” (…)” Los criterios ideológicos o sectarios cortan la libertad de empresa en valores de libertad y responsabilidad”.
Albert Rivera traslada cuatro grandes retos que debe afrontar la sociedad y la empresa, pero siempre desde una visión de oportunidad. “La tecnología nos iguala y un hecho como la inteligencia artificial está ahí. El talento en un mundo global es el valor añadido que aporta el factor humano. Por eso es preciso formarse; la educación es desde que naces hasta que mueres; no es lo mismo dar órdenes que motivar”. El, regulatorio sería el tercer reto, aunque Rivera admitió que en un sector tan regulado es una variable en la que poco puede aportar. A lo sumo, la unión sectorial y la necesidad de escuchar a las partes. El último de los retos referidos es el cambio permanente ante una sociedad global.
Que España no profundice en la ‘unidad de mercado’ significa que “somos nuestros propios enemigos. Una cosa es la diversidad y otra lo diferente entre sí. Somos capaces de armonizar la normativa europea e incapaces de hacer lo propio dentro de España.
Por último, Albert Rivera abogó por la unión “frente al agravio permanente del insulto a la empresa. Las naciones con grandes empresas son las que disfrutan de mayor prosperidad“.