Alucinante cónclave celebrado ayer apenas dos semanas después de la última reunión de la Comisión Balear del Juego que evitó marcar detalles "por estar en estudio", y cuyas conclusiones trasladan a la opinión pública la sensación de que el Govern balear se propone regular una actividad fuera de la ley.
Y es que las entidades que asumen el extraordinario protagonismo en la denominada Mesa Social del Juego y que ayer se reunieron son: UNICEF Comité Baleares; Defensa de la Cudadanía del Ayuntamiento de Baleares; Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos/as de Mallorca; Federació de Associació de Veïns; un psicólogo de adicciones, José María Piñero; la Defensora de la Ciudadanía de Marratxí; Plan de Adicciones y Drogodependencias de Baleares; Proyecto Hombre; Asociación de Afectados por Productos Financieros; Asociación Juguesca, y; Plataforma Marratxí Lliure de Cases d'Apostes.
Un encuentro en el día de ayer al cual no se invitó a representación empresarial alguna del sector y que permitió escuchar afirmaciones, tales como "no hay seguridad ni libertad cuando inundamos de salas de apuestas nuestras ciudades, las esquinas donde hay colegios, centros de salud, parques infantiles o mercados de abastecimiento, o bien directamente barrios con concentración de población con bajos ingresos hasta el punto de que cualquier vecino (y más todavía si es joven), sienta que está ineluctablemente destinado al juego de azar y a las apuestas".
Son palabras del secretario Autonómico de Sectores Productivos y Memoria Democráctica, Jesús Jurado, el mismo que hace unos días expresaba a directivos de la asociación SAREIBA la necesidad de apostar por el diálogo. Un dibujo de situación en boca de un alto cargo del Govern balear que trasciende a la opinión pública una realidad absolutamente ajena al compromiso y responsabilidad de las empresas del sector en Baleares, a las cuales el propio regulador, Miguel Piñol, se refería en una entrevista en la revista Joc Privat (JP 338 / Septiembre 2020) como "empresarios responsables".
En la nota oficial del Govern se habla de 5.000 máquinas de azar. Hasta donde sabemos las máquinas de azar se limitan a Casinos y son un número reducido. El parque de máquinas en Baleares, como el del resto de comunidades, está configurado mayoritariamente por máquinas recreativas con premio limitado o tipo B.