El procedimiento de reforma de la normativa, que al fin incorpora el bingo electrónico, ha observado una ostensible demora, ya que fue a comienzos de octubre de 2020 cuando fue sometido a información pública por el Ejecutivo balear.
A expensas de conocer la redacción definitiva del texto aprobado ayer en el Consell Executiu, el anuncio del mismo durante la comparecencia ante la prensa tras la reunión del Govern balear a cargo del portavoz del Ejecutivo, Iago Negueruela, estuvo aderezado de referencias constantes a la protección de menores y vulnerables, y menciones a los controles de acceso como si las salas de bingo no hubieran acreditado históricamente este requisito. Fueron numerosas las alusiones al servicio de control y admisión para la identificación de los clientes.
Remarcado también por Negueruela fue que bajo ningún concepto puede instalarse una sala de bingo en una zona inferior a 500 metros "medidos radialmente desde el límite más próximo a la edificación de centros que imparten enseñanza a menores de edad, zonas de ocio infantil y centros permanentes de atención a menores de edad". Tampoco a una distancia de 600 metros de otra sala de bingo ya autorizada.
Incluso la incorporación al fin del electrónico es referenciado como una idea que "quiere evitar un funcionamiento al margen de la ley y esté debidamente reglado para facilitar las inspecciones del cuerpo de inspección del Servicio de Juego.