Unas combativas gaditanas se reúnen a diario en un pequeño local para dejar de lado sus penurias jugando al bingo, convirtiendo el acto en un ritual dionisíaco a la par que son perseguidas por un policía empeñado en el cierre del local.
Confiemos que desde el consistorio gaditano no interpreten esta interpretación del clásico griego como una sospecha severa de alienación por trastorno de juego que se manifiesta en uno de los teatros de mayor solera de la capital hispalense.
La autora del texto e intérprete, Ana Segovia, explicaba ayer en declaraciones recogidas por Europa Press que la obra narra "la eterna lucha entre lo apolíneo y lo dionisíaco, entre el orden represor encarnado por el policía, y la permisividad y la laxitud de Dioniso, el dios de los placeres y el exceso".
El verso es el generador natural de rItmo y tensión, explica Segovia. "Estrofas cultas y populares, canciones surgidas al hilo de la narración, interpelaciones directas al público, espontaneidad y frescura envueltas en el aura mágica de la mitología".
Se trata del cuarto montaje de Las Niñas de Cádiz tras 'Lysístrata', 'Cabaré a la gaditana' y 'El viento es salvaje' con el que recorrieron escenarios de España.
Enhorabuena por la espontaneidad y la expresión en libertad.