Tras el bienio pandémico 2021/20 en que la repercusión al erario foral alavés apenas superó los 3 millones de euros de recaudación en cada ejercicio, 2022 culminó con una recaudación procedente de la tasa de juego de 4'58 millones de euros.
Contabilidad final que demuestra una vez más el grado de cumplimiento de las empresas operadoras, pese a que en 2022 todavía tuvieron que vivir situaciones que impedían la explotación de la máquina B en toda su extensión. Igualmente sin olvidar que en el ejercicio 2022 los operadores alaveses se guiaron por el prorrateo diario de la tasa de juego (en 2023 se ha regresado al devengo mensual) dentro de las medidas adoptadas para paliar los efectos de la pandemia.
Los 4'58 millones de euros recaudados por la tasa de juego en 2022 superan holgadamente los 3'34 millones acreditados en 2022 y los 3'12 millones en el terrible 2020. Que se haya experimentado esta recuperación, demuestra que la aplicación de medidas coherentes como las dispuestas por Gobierno Vasco y Hacienda Foral en la defensa del fondo de comercio de la empresa operadora, que es la Máquina B, contribuyeron a preservar el equilibrio en unos momentos de extraordinaria dificultad para las empresas por la imposibilidad de ejercer la explotación comercial de su producto debido a las restricciones.
Ciertamente los 4'58 millones de euros en 2022 están todavía muy alejados de los 5'19 millones recaudados en el ejercicio 2019 (pre-pandemia), pero aparentemente 2023 ya podría aproximarse a esta cantidad. Y es que el parque B de Álava ha sufrido permutas, altas y bajas, pero en términos absolutos la situación al completarse 2022 es la misma que en 2019. En aquel ejercicio de pre-pandemia el parque B total sumó 1.651 permisos de explotación entre BH, BS y BG a cargo de 49 empresas operadoras; tres años después el parque B en la demarcación alavesa reafirmó las 1.651 unidades, con la salvedad que el número de empresas operadoras descendió a 42 (siete menos en tres años).