El operador completó 2021 con una pérdida neta acumulada de 1.300 millones de euros, pese a que sus ingresos vienen duplicándose año tras año.
Canales de información bursátil como Bloomberg o CNBC formulaban esta misma pregunta a sus expertos financieros el pasado viernes en el instante de analizar los cierres del mercado de New York. En el caso de CNBC el CEO de DraftKings, Jason Robins aseguró que la ejecución de proyectos de la compañía se estaba cumpliendo.
La facturación de la compañía en los doce meses del año 2021 reflejó cerca de 1.300 millones de euros, lo que significa un incremento del 110'9% en la cifra interanual y la confirmación de la política de expansión en diferentes jurisdicciones de Estados Unidos, representadas por Louisiana y New York en el mes de enero de 2022.
Además, DraftKings acredita un aumento relevante en la media de jugadores registrados que en 2020 reconocía 883.000 y concluyó 2021 con 1'5 millones.
Los espectaculares valores revelan una evolución extraordinaria. Pero, entonces, ¿por qué el mercado viene penalizando su cotización?
El final de 2020 y los primeros meses de 2021 observaron una inclinación al alza enorme de su cotización que no pasó desapercibida para los inversores. Sin embargo, los altos niveles de facturación han sido paralelos a los importantes costes y desembolsos que han entrañado las fortísimas inversiones de marketing acometidas por la marca en este tiempo.
Los costes sólo en 2021 alcanzaron los 600 millones de euros, cifra a la que habría que adicionar los de marketing mucho más elevados: en torno a los 800 millones de euros. Además, los costes administrativos llegaban a los 700 millones de euros y la implementación tecnológica para el producto no bajaba de los 180 millones de euros.
Si los 1.300 millones de euros de facturación resultan una cifra increible en el ejercicio 2021, no lo son menos los 2.280 millones de euros en los costes de producción desglosados anteriormente.
La previsión de pérdidas a través del EBITDA ajustado de 2022 de DraftKings se moverá entre los 730 y 830 millones de euros, según las estimaciones efectuadas por la propia empresa.
El despliegue en Estados Unidos está siendo enorme, pero el posicionamiento de marca está representando un alto coste. No olvidemos que el producto estrella es la apuesta y los fantasy sports.
Los analistas financieros más optimistas no vaticinan una entrada en ganancias de la compañía hasta 2025, pero los hay que incluso temen que habrá que llegar a 2028 para acceder a ese umbral de beneficio.