La decisión sigue al cierre de la sede en Malta oficializada en vísperas de Navidad y que supuso el despido de 140 trabajadores, tal como ya informamos a finales del pasado año.
La conclusión de la Autoridad Maltesa es contundente: la empresa no puede ejecutar operaciones, registrar nuevos jugadores o aceptar depósitos de nuevos clientes.
Además, la actuación de oficio del regulador deriva de la propia declaración del operador "que ha admitido la quiebra, la insolvencia y que no puede sostener la licencia".
La licencia que Genesis Global acreditaba en Reino Unido fue suspendida por la Gambling Commission en 2020.