Prohibición de actividades promocionales a usuarios de 18 a 25 años como invitaciones a partidos, entradas para espectáculos, programas de fidelización VIP, entre otros.
De hecho, la exclusión de actividades de promoción y de la lista de clientes privilegiados alcanza a los denominados 'jugadores vulnerables', lo que significa imposibilitarlos de acceder a condiciones mejoradas o más ventajosas para el fomento de su nivel de juego.
Tampoco las personas autoexcluidas y autoprohibidas pueden recibir comunicaciones comerciales y en el caso que los participantes se inscriban en el Registro General de Interdicciones de Acceso al Juego (RGIAJ) no podrán acceder a sus cuentas, depósitos y participaciones en un plazo máximo de 48 horas.
Los operadores tienen que adherirse al servicio de alerta antiphising de la DGOJ para controlar que las personas con conductas de riesgo no vuelvan a jugar suplantando la identidad de otro jugador/a.
Se materializa en un texto reglamentario la obligación por parte del operador de informar a "los participantes jóvenes" que el inicio en el juego a edades tempranas está asociado a un mayor riesgo de desarrollar trastornos asociados con el juego o ludopatía". Es una idea que en los últimos meses desde Consumo y DGOJ se ha procurado fomentar con insistencia y que objetivamente ofrece muchas dudas como planteamiento para ser recogido en un texto normativo.
El servicio telefónico de asistencia y ayuda para comportamientos de riesgo se torna imperativo y no podrá ser de tarificación especial. Una persona elegida por cada operador asumirá la función de supervisión de las medidas de protección del jugador.
Son suprimidos mensajes, tales como 'estuviste cerca' que se identifiquen como aliciente para propiciar una nueva apuesta o juego al terminar una partida.
El operador remitirá información mensual sobre el juego y gasto, y los patrones de juego (frecuencia, cuantías, modificaciones de los límites de depósitos...)
El aspecto sancionador adquiere especial relevancia en el discurso del Ministerio de Consumo como no podía ser menos. Las infracciones muy graves son penalizadas con hasta 50 millones de euros y eventual pérdida de licencia de juego, mientras las graves multas de hasta 1 millón de euros y también potencial suspensión de licencia durante 6.