Sólo en las demarcaciones de Burgos, Palencia, Zamora y Salamanca tuvo lugar un aumento de locales de hostelería autorizados para incorporar máquina durante el anómalo ejercicio pasado.
El principal damnificado por la pérdida de máquinas B se identifica con la figura del bar, bien por cierre, bien por no reanudación de la actividad tras el confinamiento, en número de -115 establecimientos. Los restantes 7 hasta completar la desaparición de los 112 se corresponden con cafeterías y cuya consecuencia fue adicionar más unidades B acogidas a la figura de 'almacén máquinas', aquéllas que permanecen en el almacén de la empresa operadora aunque sigan de alta, pero no en explotación.
En 2020 las empresas operadoras aumentaron la tramitación de 'declaraciones responsables de funcionamiento' para instalar máquinas B porque su cifra alcanzó las 211 frente a las 166 en el ejercicio precedente.
En cuanto a las autorizaciones de emplazamiento de máquinas B en Hostelería las 10.300 de 2019 en Castilla y León descendieron a 9.218 en 2020.
La provincia de Salamanca con 11 locales de hostelería más que incorporaron máquina B superó a Zamora y Burgos (5 locales más) y Palencia (1 local más) en el curso del año. El resto de provincias observó una inclinación a la baja en el número de locales con máquinas B instaladas en sus interiores. Y todo ello en un ejercicio para olvidar que la empresa operadora vivió con gran desánimo y frustración ante la respuesta cicatera de la Junta en el ámbito tributario.