La limitación a 170 Salones y el impulso de la contingentación como principio sobre el que fundamentar todas las modalidades presenciales en el proyecto de decreto que modifica el reglamento General del Juego contrasta con el argumento que en el propio texto achaca "a la irrupción de nuevos canales y tecnologías de la información y el auge experimentado en el juego online" el aumento de la oferta y de la accesibilidad.
Previsiblemente avanzado el próximo otoño País Vasco estrenará un nuevo reglamento General del Juego apenas cinco años después del anterior. Es un texto sujeto todavía al examen de las alegaciones formuladas, pero sin duda sus redactores no han sido precisamente originales respecto de iniciativas emprendidas en otras comunidades y han colocado el 'peso de la culpa' del supuesto auge del Online, y fundamentalmente de la desenfocada 'alarma social' en el debe del juego de entretenimiento de titularidad privada.
Probablemente el Salón sea el tipo de establecimiento con una incidencia más notable. No ya sólo porque el proyecto supondrá un cambio absoluto del concepto integrador que singularizaba precisamente a estos locales, al exigirles control de admisión en un plazo de 6 meses, sino porque cinco años después de situar la contingentación en 210 locales (208 eran los cuantificados al término de 2020), la limitación pasa a situarse en 170. Los traslados, las autorizaciones de ampliaciones de superficies construidas o cambios de ubicación de la puerta o puertas de acceso quedarán paralizados en tanto no se alcance esa cifra de 170. El único elemento susceptible de modificación se reduce a la superficie útil autorizada.
Todo ello por supuesto si prospere el redactado inicial que ha recibido numerosas enmiendas.
La consideración restrictiva se refleja igualmente respecto de los Bingos, cuyo número se limita al mismo que concluyó 2020: 14, Y por extensión, suspendiendo hasta nueva revisión el otorgamiento de nuevas autorizaciones de máquinas B porque el proyecto de reglamento declara explícitamente "la intención de reducir la cantidad total de estas máquinas". Una declaración sorprendente y profundamente desagradable que, además, huelga referencia alguna al hecho que el parque B en el País Vasco haya reducido de forma progresiva su número en los últimos seis años: -1.319 unidades en el período 2015/2020, tal como resumimos a continuación en su evolución absoluta anual:
- 2015: 11.994.
- 2016: 11.802.
- 2017: 11.227.
- 2018: 10.844.
- 2019: 10.703.
- 2020: 10.675.