La tramitación en el legislativo autonómico revalida la perversión del instrumento del decreto-ley al incorporarlo en un solo paquete a votación que también incluía otros seis decretos-ley.
Degradante ejercicio de práctica democrática en el legislativo balear, cuyo Pleno fue hurtado de un debate amplio y riguroso sobre cada uno de los siete decretos-ley que habían sido aprobados días antes por el Govern y que en su tramitación en sede parlamentaria fueron empaquetados en un solo bajo el título de Medidas Urgentes en determinados sectores de actividad administrativa. Es una fórmula acorde, pero que trasciende nula transparencia.
Cada uno de los decretos-ley fue identificado como un artículo: régimen específico frente a incumplimientos de las disposiciones Covid, modificación de la ley de Cámaras de Comercio, de la ley que regula la participación institucional de las organizaciones sindicales y empresariales, la bonificación de las tarifas de los servicios regulados del transporte marítimo interinsular para residentes y ordenación farmacéutica. A las indicadas hay que añadir la específica de Juego, que significa la suspensión de determinados preceptos reglamentarios identificados con el mantenimiento de la moratoria aprobada el 23 de diciembre y que apareció publicada en el BOIB del 1 de enero de 2022.