El presidente de AESA, José Antonio Rubio, defiende el grado de profesionalidad y compromiso social de las empresas de Salón de Juego aragonesas que desde 2015 incorporan controles de acceso a sus locales "convirtiéndose en espacios 100% seguros porque cumplen exhaustivamente la norma".
Rubio recuerda que el número de Salones en Aragón viene descendiendo en los últimos años y que los expedientes por presencia de menores y prohibidos brillan por su ausencia. "Nos sentimos orgullosos de poder transmitir seguridad a los colectivos vulnerables y decirles a los padres que nuestros establecimientos son seguros. Ningún menor y toda persona inscrita en el Registro de Interdicciones puede acceder".
A juicio de José Antonio Rubio, el contrapunto lo representan las nulas limitaciones que pueden exponer juego público y semipúblico con los datos recogidos de ESTUDES, cuyas modalidades de juego constituyen la entrada de acceso al juego de los menores.
Frente a la percepción que la Administración aragonesa tiene sobre un eventual mal uso de la información recogida por las empresas operadoras procedente de la tecnología biométrica aplicada a los controles de acceso, José Antonio Rubio se expresa a favor de la tecnología. "No podemos cerrarnos a la tecnología. Podemos entender la preocupación que nos transmiten, pero si los requisitos a las empresas son tan duras y el reglamento de Protección de Datos impone un régimen sancionador con cuantías tan elevadas, tienen que valorar lo que significa para nuestras empresas".
Juan Lacarra identifica en el control biométrico "una seguridad para la empresa, pero también para el empleado". Añade que las Administraciones tienen que fijarse en la implementación realizada por otros sectores. "La banca o la navegación aérea incorporan esta tecnología por seguridad. No lo hacen por comodidad", recalcó.