El Salón de la Fama del Pinball en Chicago, único certamen mundial especializado en este tipo de producto, reconoció a finales de 2020 la trayectoria de Eulogio Pingarrón como prohombre de este producto recreativo de dimensión global.
A Eulogio Pingarrón le escuchamos afirmar que “yo soy el pinball”. Y no le faltaba razón. Su figura se ha acrecentado con el tiempo, gracias a la pasión intergeneracional que esta máquina recreativa se ha ganado con el paso del tiempo.
Modelos como Rey de Diamantes o Icarus forman parte de la iconografía del producto y hoy son auténticas joyas que la legión de seguidores del pinball pugna por disponer. Es la misma legión de seguidores que en las últimas dos décadas reconocieron a Pingarrón con numerosos homenajes.
Pingarrón fue activo protagonista del gran impulso que para el sector del pinball significó la marca Petaco. Allí trabajó y las conversaciones con él remitían a aquella época incipiente de la década de los 60, pero tan apasionante en la vertebración del sector que se configuraría. Sus recuerdos daban pie para libros enteros porque en el pinball se cruzaron personas y personajes que en sí mismos ya darían para múltiples narraciones novelescas. Lideró su propia empresa de pinball en Peyper, pero su figura era totalmente transversal al desarrollo y auge sectorial.
Es inevitable recordar la estrecha relación de Eulogio Pingarrón con Recreativos Franco y con Joaquín y Jesús Franco. De hecho, Joaquín siempre afirmó que “quien sabe desarrollar un pinball de éxito, lo sabe todo en el sector”. Eulogio asumió durante varios años la tarea de gestionar y velar por las patentes y marcas de R.Franco.
En la madrugada del sábado 17 de febrero nos ha dicho adiós Eulogio Pingarrón, pero su figura y trayectoria permanecen indelebles entre los grandes seguidores que su persona y pasión por el pin ball han sabido admirar y disfrutar en numerosos encuentros compartidos que siempre destacaron ese talante tan vital que en todo momento le caracterizó.