La estrecha colaboración entre Policía Nacional y resto de Fuerzas de la Seguridad del Estado con los operadores del mercado regulado español sigue demostrándose capital para la detención de organizaciones criminales, en esta oportunidad asentados en Alicante y Región de Murcia.
Han sido acreditados más de 60.000 euros en 25 hechos denunciados y más de 650.000 euros han circulado y han sido blanqueados a través de cuentas de juego online por los miembros de la organización.
El modus operandi consistía en duplicar tarjetas SIM de teléfonos móviles para tener acceso a las cuentas bancarias de sus propietarios y extraer de ellas un dinero que posteriormente desviaban a cuentas de juego online pertenecientes a la propia red de delincuentes.
Según Policía Nacional, los detenidos practicaban la técnica 'SIM swapping', que consiste en obtener un duplicado de tarjeta del número de teléfono de la víctima. Paralelamente los presuntos autores desviaban las llamadas del terminal a un número de teléfono controlado por la organización criminal para recibir y controlar los mensajes SMS procedentes de la confirmación de operaciones bancarias.
Luego, enviaban el dinero de las víctimas a monederos de cuentas de juego online controladas por el entramado.
El inicio de la investigación se produjo cuando varias empresas Punto Es alertaron de la existencia de cuentas online utilizadas para recibir y derivar dinero procedentes de transferencias obtenidas de forma fraudulenta.
Las cuentas de juego online recibían dinero procedente de estafas denunciadas y posteriormente ese dinero se retiraba utilizando cajeros automáticos de distintas entidades bancarias, incluso en los terminales de cobro instalados en Salones de Juego.
La investigación detectó que las víctimas estafadas recibían un mensaje SMS suplantando su identidad bancaria y simultáneamente recibían una llamada donde los investigados se hacían pasar por empleados del departamento de seguridad del banco y les advertían de supuestos pagos o accesos sospechosos de fraude en sus cuentas bancarias.
Quienes llamaban aseguraban a sus víctimas que tenían que anular las transacciones de manera inmediata. Les indicaban un código numérico que recibirían vía SMS. El código era aprovechado por la organización para extraer dinero de las cuentas bancarias de las víctimas. Luego utilizaban diferentes plataformas de criptomonedas o pasarelas de pago para enviar los beneficios a los dirigentes de la organización criminal, que estaban fuera de España.