Revela "el especial sufrimiento de bingos y máquinas recreativas en bares debido a las restricciones aplicadas en la hostelería gallega" durante la pandemia.
Adjuntamos la referencia que el diario vigués efectúa a propósito de la presentación del Anuario del Juego días atrás. Nos parecen relevantes dos matices: que al hacerse eco de las conclusiones del documento lo hayan querido contrastar con empresas locales o que desarrollan su labor en el radio de la ciudad, y que la terminología utilizada en el artículo no descarga vulgarismos, sino que emplea el vocabulario que refiere su regulación. Es un trabajo sencillo, pero que nada tiene que ver con otras descripciones atropelladas y lamentables acerca de la actividad sectorial en tiempos de pandemia.
Recalca que la empresa Recreativos Portas "ha pasado de operador a gestionar salones en las Rías Baixas, varios de ellos en Vigo con la cadena Overtake" (...) "Recreativos Iglesias opera en la misma zona y en Ourense, aunque con menor dimensión, mientras que Explomarsa lo hace en la provincia de A Coruña".
En otro punto de la información de Atlántico se destaca que los Bingos de la ciudad de Vigo "son los mayores contribuyentes del sector en cuanto a impuestos".
Reflexiona sobre la incidencia de la crisis pandémica, precisando "el impacto profundo por reducción del gasto y por restricciones en la actividad presencial en los primeros meses de 2020, pero que el aumento en juego online no llegó a compensar a nivel global a las empresas del sector".