Sólo 16 de las 20 salas de bingo autorizadas en Castilla y León permanecieron operativas en algún momento a lo largo del año y las restricciones horarias y de aforo determinaron que la mayor actividad de las partidas se concentrara en el bingo electrónico.
De hecho, 18'67 millones de cartones se identificaron con el bingo electrónico, mientras que apenas 0'19 millones lo fueron para el maxibingo.
La Junta admite sin paliativos "la reducción considerable en el número de cartones adquiridos y en el importe de la recaudación tributaria" en razón de la Covid19. Igualmente destaca "los aplazamientos concedidos para facilitar liquidez al contribuyente y evitar posibles tensiones en tesorería".
En el año 2020 el ingreso fiscal del sector fue de 1'65 millones de euros, pero obsérvese que en 2019 esa cantidad había llegado a los 2'25 millones de euros. Hay que remontarse al ejercicio de 2012 en la última década para hallar una cifra relativamente alta en la aportación fiscal: 9'30 millones de euros.