El affaire sentenciado en Tenerife también le condena por simulación de delito al denunciar un supuesto robo en su local, pena de 4 años y medio de cárcel y el pago de 92.000 euros a la empresa a la que sustrajo el dinero.
El condenado había suscrito en 2016 un contrato con una de las marcas de Apuestas Deportivas licenciadas en Canarias para la explotación conjunta de un establecimiento en Adeje (isla de Tenerife), estipulando las condiciones del negocio.
Según estima probado el TSJ de Canarias en los primeros días de febrero de 2017, el condenado efectuó numerosas apuestas por un valor total de 92.080 euros, que no desembolsó.
Posteriormente habría defraudado una cantidad en la contabilidad e incluso simuló un robo con denuncia expresa ante la Guardia Civil y llamada al 112 desde una cabina indicando que veía personas en el interior del local, lo que no pudo ser ratificado por una patrulla policial personada en el lugar.
El veredicto del TSJ de Canarias aprecia "engaño, perjuicio y relación de causalidad". Además, el procesado no podrá volver a dirigir o trabajar en un negocio vinculado con el juego a lo que añade el pago de una sanción de 1.500 euros.
La legislación de Canarias, como la de la generalidad de Administraciones autonómicas, impide a empresarios y a parientes más cercanos o de consanguinidad (incluso en ocasiones hasta el exceso) la participación en los juegos.