6 hombres y 1 mujer se les imputa la presunta comisión de delitos de robo con fuerza, robo con violencia, lesiones y atentado.
El modus operandi de los robos implicaba la intervención de 3 o 4 personas que accedían al interior de los locales de forma separada para no llamar la atención. Según informa la Policía Nacional, uno de ellos tenía que introducir entre 600 y 800 euros a una máquina sin llegar a jugar para posteriormente exigir la devolución.
La máquina entregaba un ticket por el valor del dinero introducido previamente que a continuación introducían en un cajero para intercambiarlo por dinero en efectivo. Aparentemente lo volvían a introducir en la primera máquina para realizar de nuevo la misma operación hasta vaciar el cajero y concentrar el máximo dinero posible en la máquina.
El resto de miembros distraían al personal del local, si bien narra la Policía que en el supuesto de percatarse, eran amenazados. Cuando entendían que la máquina tenía la cantidad de dinero que estimaban adecuada, avisaban a otro miembro de la banda para forzar la máquina y sustraer el dinero.
La Policía Nacional estima que podrían haber acumulado por valor de 100.000 euros. Uno de los detenidos tiene sobre su haber 8 requisitorias de distintos juzgados para que ingrese en prisión.
La detención fue violenta porque amenazó a los efectivos policiales con un cuchillo y emprendió la huida, aunque finalmente pudo ser detenido.