El escaso interés mostrado por las Administraciones públicas en general y la nula sensibilidad para con una modalidad de juego de característica mutual han favorecido el desplome en la aportación tributaria a los erarios autonómicos de estas empresas, agravado en los últimos dos años por la pandemia.
El Informe exclusivo de la revista Joc Privat (JP363/Agosto de 2022) reporta los ingresos totales recaudados por las Comunidades Autónomas, las Diputaciones Forales del País Vasco y la Agencia Tributaria en los casos de Ceuta y Melilla respecto del juego del bingo. En 2022 el total recaudado por las empresas operadoras de Bingo se limitó a 92'41 millones de euros, una cantidad todavía más baja que la ingresada en 2020, que fue de 97'28 millones de euros.
Fue precisamente en el ejercicio 2020 cuando se afirma una enorme brecha que difícilmente podrá cubrirse a corto plazo. La aportación absoluta en 2019 había sido de 201'29 millones de euros, mientras que un año después apenas totalizaba 97'28 millones.
Sin embargo, el aspecto más llamativo refiere cómo a lo largo de la última década la aportación conjunta del sector en el capítulo fiscal ha experimentado un decrecimiento constante y progresivo. En 2012, y ya con una clara inclinación a la baja, la cantidad absoluta ingresada por el sector llegó a los 323'84 millones de euros; en 2021 esa cifra se ha situado en 92'41 millones de euros.
Han desaparecido salas, cierto es, pero la falta de un compromiso político en favor de dinamizar su oferta, anclada en una fuerte presión fiscal, explica el porqué de esta galopante caída del -71'46% en apenas diez años.
Catalunya y Galicia, que son el paradigma de las comunidades que aplican una presión fiscal más alta sobre el juego. La Generalitat de Catalunya ha dejado de ingresar en ese período el -65'70%, mientras que la Xunta de Galicia ha perdido entre 2012 y 2021 el -60'34%. Ninguna de las dos Administraciones ha demostrado en ese tiempo comprender la necesidad de acometer una reforma, que en última instancia podría redundar en un incremento de ventas y probablemente mayor recaudación fiscal.