El presidente de la Sociedad Española de Patología Dual contrapone “la preocupación social actual por el asunto” al hecho que pueda atribuirse alguna relación científica entre la cercanía de locales de juego y colegios, y eventuales impactos en menores.
Szerman, que fue introducido por el titular de Juego de la Junta desde la Dirección General de Financiación, Manuel Vázquez, recalcó la conducta inherentemente humana que representa jugar. “El problema es que si se convierte en una adicción, entonces ya es una enfermedad”. A lo largo de su intervención, el discurso de Szerman insistirá con reiteración en diferenciar el hecho de jugar con tener una adicción. Especialista en psiquiatría de precisión coloca en el foco a la persona, y no únicamente a la sustancia o el juego en si mismo.
La entidad que encabeza acuñó el término ‘patología dual’ para referirse a quien sufre una adicción y un trastorno mental porque la adicción es el trastorno mental. “Todas las personas con adicción sobre cualquier cosa, tienen un trastorno dual”, precisa. Y en esa línea señala que las conclusiones de estudios realizados en Estados Unidos muestran que en el 96% de los trastornos por juego existía otro trastorno mental. En opinión de Szerman, “sólo aquellas personas con trastorno pueden derivar en una adicción” (…) “La comunidad científica en Estados Unidos estima que 1 de cada 10 personas puede desarrollar una adicción. Sin embargo, personalmente creo que esa relación es mucho mayor”.
Admite la existencia de una preocupación por el juego en la sociedad. Sin embargo, insiste que no hay datos que avalen que una sustancia resulta más adictiva por encima de otra, ni tampoco que existan datos objetivos sobre cuántas personas tienen problemas por adicción a los juegos de azar en España. De hecho, Szerman resalta la dificultad para hallar personas en Madrid con este trastorno. “Reclutar para que podamos realizar nuestros trabajos de experimentación no es fácil. No encontramos personas”, señala.
Szerman establece que “no existe juego bueno y juego malo. Ninguna evidencia científica lo acredita. Lo mismo que ningún juego demuestra científicamente que sea más adictivo. La vulnerabilidad es lo que lo determina”. Y en este contexto elogió la iniciativa de Proyecto FES. “Es un trabajo de prevención primaria excelente”.